Aquí te encontré, aunque perdido no estabas.
Aquí te encontré y el giro de mi vida comenzó en un espiral, que de ninguna manera me haría caer en el infortunio que habría conocido en otros huracanes, fugaces al fin,
Pero tu no, tu aquí te plantaste, frente de mi y todo lo cambiaste.
Me obligaste a mirarte y me derretí al hacerlo, al mismo instante en el que me devolvías la vida, como una prestación a mi existencia. Sé que esta vez, Dios me la debía.
Y entonces comencé a entrar así despacito, a todo el ser que eres. El bueno y el malo, el atento y el fúrico, el maduro y el niño que aún tiene deseos de comprar juguetes. Todo tu, lo blanco y lo negro, se combinaba en un gris perfecto. Me enseñaste música y yo te enseñé a respirar.
Nunca pude sospechar siquiera, las cosas que te harían feliz, aquello que posiblemente pudiese aplicar cuando te viera cabizbajo y sin ganas de salir a patear charcos. Entonces me prometí encontrarlo y te llené de detalles cursis, de ganas por comprarte tennis costosos, de cafés de color rosa y de risas en aires rentados de la Roma. Te dije que sí a la pregunta más importante de tu vida, te lavé la cara y te puse una mascarilla buscando que sanaras, desde afuera, para adentro.
Tonta de mi.
No bastaron los regalos costosos ni las cartitas de amor, tampoco los sueños ni las promesas, no fue suficiente nada de eso, para lograr arrancarte una sonrisa sinceramente amplia...
...Hasta ayer.
Y es que ¿Quien lo iba a pensar? Lo único que querías era un día sencillo, calmado, pausado y lleno de tus personas importantes. Sonreías sin parar y tus ojitos pro primera vez vi brillar, que ilusión verte saltar por las esquinas de la casa de tus padres, verte entrar y salir enseñando los dientes a todos los invitados: Tus padres, tu mejor amigo y yo.
¿Quién lo iba a decir? Tan sólo querías que tu y yo estuviésemos ahí sentados, admirando lo que sucedía en el festejo de tu cumpleaños, con la gente que quieres, con la gente que importa y que maravilla ¡Estar ahí incluida!
Ayer me enseñaste una lección muy valiosa: Lo más importante en la vida, contiene lo más sencillo, lo que a veces olvidamos, lo que siempre estará ahí, siendo bueno o malo en nuestro rol: La familia.
La familia. Tu familia que te quiere tanto, tus sobrinos que te abrazan a la menor provocación, tu hermana que te da de vez en cuando esas palmaditas en la espalda sé que orgullosa está de su hermano menor, tu padre que camina como pavo real presumiendo lo que su hijo ha logrado. Tu madre, llena de lágrimas en los ojos al decirte que no pudo tener un mejor hijo que tu. Tus primos que te ven como ejemplo y desearían seguir tus pasos, así'nomas para llegar a ser como tu. Tu tía que te defiende a capa y espada, incluso de mi, pero que recuerda a cada momento cuando te cargaba en sus brazos y tu buscabas su protección. Tu familia que te ama, te adora, te quiere.
La familia, la que tu escoges, la que tienes en cada amigo que entregas todo tu ser. Tu mejor amigo, el que ha sabido devolverte el empeño a la amistad que han sembrado desde hace 10 años, los veo y podría jurar que auténticamente son hermanos. Tu lo elegiste tanto como él te eligió a ti.
La familia, la que planeamos formar. Tu y yo, como vértice de todo el universo, de todo lo que continuará después de la explosión que provocó el habernos conocido justo aquí.
Feliz cumpleaños, vida mía.
Tu que ya eres toda mi vida y yo que planeo ser la tuya.
Aquí te encontré y el giro de mi vida comenzó en un espiral, que de ninguna manera me haría caer en el infortunio que habría conocido en otros huracanes, fugaces al fin,
Pero tu no, tu aquí te plantaste, frente de mi y todo lo cambiaste.
Me obligaste a mirarte y me derretí al hacerlo, al mismo instante en el que me devolvías la vida, como una prestación a mi existencia. Sé que esta vez, Dios me la debía.
Y entonces comencé a entrar así despacito, a todo el ser que eres. El bueno y el malo, el atento y el fúrico, el maduro y el niño que aún tiene deseos de comprar juguetes. Todo tu, lo blanco y lo negro, se combinaba en un gris perfecto. Me enseñaste música y yo te enseñé a respirar.
Nunca pude sospechar siquiera, las cosas que te harían feliz, aquello que posiblemente pudiese aplicar cuando te viera cabizbajo y sin ganas de salir a patear charcos. Entonces me prometí encontrarlo y te llené de detalles cursis, de ganas por comprarte tennis costosos, de cafés de color rosa y de risas en aires rentados de la Roma. Te dije que sí a la pregunta más importante de tu vida, te lavé la cara y te puse una mascarilla buscando que sanaras, desde afuera, para adentro.
Tonta de mi.
No bastaron los regalos costosos ni las cartitas de amor, tampoco los sueños ni las promesas, no fue suficiente nada de eso, para lograr arrancarte una sonrisa sinceramente amplia...
...Hasta ayer.
Y es que ¿Quien lo iba a pensar? Lo único que querías era un día sencillo, calmado, pausado y lleno de tus personas importantes. Sonreías sin parar y tus ojitos pro primera vez vi brillar, que ilusión verte saltar por las esquinas de la casa de tus padres, verte entrar y salir enseñando los dientes a todos los invitados: Tus padres, tu mejor amigo y yo.
¿Quién lo iba a decir? Tan sólo querías que tu y yo estuviésemos ahí sentados, admirando lo que sucedía en el festejo de tu cumpleaños, con la gente que quieres, con la gente que importa y que maravilla ¡Estar ahí incluida!
Ayer me enseñaste una lección muy valiosa: Lo más importante en la vida, contiene lo más sencillo, lo que a veces olvidamos, lo que siempre estará ahí, siendo bueno o malo en nuestro rol: La familia.
La familia. Tu familia que te quiere tanto, tus sobrinos que te abrazan a la menor provocación, tu hermana que te da de vez en cuando esas palmaditas en la espalda sé que orgullosa está de su hermano menor, tu padre que camina como pavo real presumiendo lo que su hijo ha logrado. Tu madre, llena de lágrimas en los ojos al decirte que no pudo tener un mejor hijo que tu. Tus primos que te ven como ejemplo y desearían seguir tus pasos, así'nomas para llegar a ser como tu. Tu tía que te defiende a capa y espada, incluso de mi, pero que recuerda a cada momento cuando te cargaba en sus brazos y tu buscabas su protección. Tu familia que te ama, te adora, te quiere.
La familia, la que tu escoges, la que tienes en cada amigo que entregas todo tu ser. Tu mejor amigo, el que ha sabido devolverte el empeño a la amistad que han sembrado desde hace 10 años, los veo y podría jurar que auténticamente son hermanos. Tu lo elegiste tanto como él te eligió a ti.
La familia, la que planeamos formar. Tu y yo, como vértice de todo el universo, de todo lo que continuará después de la explosión que provocó el habernos conocido justo aquí.
Feliz cumpleaños, vida mía.
Tu que ya eres toda mi vida y yo que planeo ser la tuya.
2 comentarios:
Hay, si yo fuera tu novio te exigiría estar haciendome todas estas cosas.
Si yo fuera tu novio, sería celosísimo...
Saludos Colega y Felicidades Millhouse.
Si yo fuera tu novio, como dice Lola, creo que seria uno de los hombres mas felices sobre la tierra y mira que son pocos...
(Los felices y los hombres)
Happy B-Day Millhose.
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