31/12/08

Ante tu ventana


15 de noviembre de 2002

Nuestros labios se separaron en un último adiós. Te miré a los ojos con dolor, con el dolor de nunca más poder verlos igual, nunca más sabiendo que al verlos me enamoraría de tí y que eso traería felicidad para los dos. No, a partir de ahora, el enamorarme más de tí sólo provocaría dolor. Tratando de no derramar más lagrimas, te di la espalda.

Crucé esa puerta que tantas veces ya había cruzado, siempre con dolor de salir por ella, pero siempre con la esperanza de entrar de nuevo el día siguiente. Hoy no había esa esperanza. Crucé tu puerta una última vez, y la cerré tras de mí, tratando de no ver tus ojos vidriosos al voltear.

Paso tras paso, empecé a caminar rumbo a mi coche. El camino se me hizo tan largo... sin embargo el tiempo no existía ya. La fría lluvia caía sobre mí, gota tras gota. Pero el frío que hacía temblar mis piernas no era de la lluvia, ni del viento, ni de nada. No venía de nada. De un vacío que en algún momento surgió, un vacío que empezó a carcomer mi interior. Mis ojos ya no miraban nada, mis oidos ya no oían tu voz. Sólo el eco de esa puerta de metal que tras de mí cerré. Y luego di el segundo paso.

Y así, poco a poco, cada paso un tormento, recorrí ese largo camino de tu puerta a mi coche. Y entonces no pude seguir. Me quedé en la puerta sin poder abrirla. No podía aceptar que al entrar al auto me despediría por última vez de esa pared blanca junto a la cual tantas veces me había estacionado, esa pared que por tantas tardes sirvió de refugio a mi coche. Nunca más volvería a ver la franja azul que me emocionaba tanto al anunciar que estaba cerca de ti.

Y no pude entrar. Algo me hizo quedarme ahí, ante tu ventana, sintiendo la lluvia caer. Esa misma lluvia que tantas veces nos había acompañado en penas y alegrías. Si las nubes supieran hablar... podrían contar de aquella noche en que dije no, y el largo camino hacia la casa, en el que la lluvia, gota tras gota, me hizo verme arrepentido. Podrían contar de esas noches en la playa en las que íbamos de tienda en tienda, tímidamente agarrados de la mano, brincando los charcos, queriendo bailar en la lluvia. Y en ese momento, una gota suspiró en mi oído y me recordó aquella tarde en la escuela... aquella bellísima tarde, en la que todo desapareció para que sólo existiéramos tú y yo corriendo y bailando en el agua... sin gente, sin tiempo, sin lugar... Y así, con mi cuerpo tieso, mi cara viendo a tu ventana, mi alma decidió salir.

¿A dónde fue? No lo sé, no me llevó con ella. Sólo me dejó ahi tieso, sin saber qué hacer, ante la impotencia de no poder hacer ya nada por regresar la felicidad. Y mis pies no querían alejarse de tu casa; y mis manos no querían abrir el auto, y mis labios no querían dejarte, y mis ojos sólo querían verte.

Y así, ante tu ventana, esperé y esperé. Aún no sé qué esperaba. Probablemente quería despertar, oir la alarma del reloj y darme cuenta de que había sido una pesadilla. Que el sueño no había terminado.

¿Cuánto tiempo pasé ahí? No lo sé, tal vez fueron 2 minutos, tal vez fue una eternidad.
De repente el Destino, después de tan mala jugarreta que me había hecho, decidió cumplirme mi última voluntad antes de marchar. Apareciste en la ventana, me viste y con la mano dijiste adiós. Entonces desapareciste de nuevo, la luz se apagó, y yo me quedé ahí, solo, sólamente acompañado de la lluvia, que caía sobre mi cuerpo recordándome lo hermosa que era cuando estaba a tu lado.

Y ante tu ventana me quedé, sin saber qué hacer, sin conocer dónde estaba esa parte de mí que me hacía falta. Y podría haberme quedado ahí 3, 4 horas. Tal vez fue así. Sólo sé que me era imposible moverme. No podía abandonar tu casa sin saber que iba a volver al día siguiente. Y sólo observaba tu ventana, y sólo tu ventana observé, mientras mi alma merodeaba por allá, llorando a los cuatro vientos que te acababa de perder. Y mi cuerpo ahí tieso, ante tu ventana, sin entender qué había pasado.

La Razón despertó entonces, ya cansada de esperar a encontrar la explicación. Tomó el control de mi cuerpo y, sin esperar a que regresara mi alma, dondequiera que ésta hubiera ido, tomó las llaves del coche y empezó a abrir.

Y entonces oí tu puerta, seguida de tu voz, como un espejismo, como un engaño de mis oidos. Y no lo creí.

Luego te vi corriendo hacia mí, con los brazos abiertos. De nuevo un espejismo.

Y mi piel también intentó engañarme diciendo que sentía tus brazos en mi espalda.

Y empecé a pensar que podría ser verdad cuando mis labios sintieron los tuyos.

Pero mi alma no estaba ahí aún para entender qué pasaba.No entendía por qué habías salido corriendo de tu casa, no entendía por qué no me dejabas ir.No entendía por qué decías ser una tonta.

No fue sino poco a poco, diciéndome "sí, quiero ser tu novia" y mirándome a los ojos, que pude sentir mi alma revivir.

Y entonces,... volví a entrar por tu puerta.



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Qué cursi.... ¡Feliz Año Nuevo!

29/12/08

-Está cerrado-


Yo lo único que quería un café, lo juro.

Salíamos de aquella fiesta espantosa y lo único que deseaba era tomar café así que le dije a mi amigo Alejandro: vamos al starbucks.
¡No mames Lenna! Me acaban de poner el cuerno y tu me hablas de ir a tomar un café con gente horrenda vestida muy high? Ve tu si quieres, bájate del coche, gritó.

Y me bajé.

Lo vi por la ventana de la puerta del copiloto, mirando hacia el frente, tomando el volante por ambas manos como si quisiera aferrarse al pasado, giró de pronto su rostro y ahora sí pude percatarme con certeza de que eran lágrimas aquellos destellos de su rostro.
No me quiere Lenna ¿Qué hice mal?, berreó.

No sabía que decirle, la escena que habíamos pasado era una traición, ni él ni yo sabíamos como enfrentarlo. Yo me encogí de hombros, no pude hacer más.
Arrancó el coche y se fue. Yo comencé a caminar. No sabía exactamente porque no estaba triste como lo estaba Alejandro, el ver a tu mejor amiga, novia de tu mejor amigo con tu novio no es algo que pase todos los días.

Eran las siete de la mañana y yo caminaba sobre insurgentes, justo enfrente del parque de la bombilla y me senté en la banqueta, oliendo a cigarro y a vodka y a cerveza tal y como huele una perdedora. Hacía frío y yo sólo llevaba un suéter anaranjado que había pertenecido a mi madre en sus años mozos (no le digan a nadie pero tiempo después se me olvidó en un vagón del metro) y una bufandita de colores que también le perteneció, tenía frío.

Mi plan era esperar hasta que abrieran el starbucks pero comencé a helarme, mis dedos se congelaban, no sentía mis labios, tomé el celular y le marqué a Patricia. "El número telcel que usted marcó esta fuera del área de servicio". Zorra.

Me acerqué a la cafetería, la estaban limpiando y un chico giró a verme, me sonrió a través de la ventana y yo correspondí.

Me hizo la típica seña que quiere decir: "aguántame tantito" y corrió hacia adentro del establecimiento. "Me congelo", pensé, abracé mis brazos y los froté, la espesa niebla de la madrugada comenzaba a dar paso a los escasos rayos de sol del día.

El chico abrió: Abrimos hasta las nueve. Yo lo miré con cara de súplica y eché mis brazos a los costados, soltando un tenue: Tengo frío...

Pasa, sonriendo me dijo, tienes cara de que te gusta el latte de vainilla ¿quieres que te prepare uno? Puedes contarme lo que te pasa mientras limpio.

Yo no decía ni una palabra, me senté en uno de esos silloncitos clásicos grises. Lo oía hablar de su jefa, de los clientes, del café, de la leche, de las servilletas. Yo miraba por la ventana y una lágrima se me escapó de pronto. Venían a mi mente pequeños extractos de mi vida pasada, las veces que me habían engañado, las veces que había pasado exactamente por la misma escena y yo no lloraba porque comenzaba a acostumbrarme, ahora lloraba por temor a eso, a acostumbrarme.

El chico trajo el latte de vainilla y se sentó a mi lado.
¿Como te llamas?, me cuestionó. Dudé en decirle la verdad así que mentí: Elenna.
Intentó sacar plática y yo renuente, sólo alcancé a decir: Ahí está.

¿Quién?, dijo el chico mientras se levantaba del silloncito de al lado mío.
Mi novio, bueno mi ex, el que me acaba de poner el cuerno con mi mejor amiga. Me pude percatar de que mi voz temblaba, me había levantado con el café en la mano, estaba dispuesta a irme corriendo, con el café en la mano claro está.

No te muevas de ahí
, el chico habló mientras se dirigía a la entrada.
Me acerqué a la ventana, mi ex estaba viéndome, se le notaba que había corrido, tenía rojos los ojos, los labios partidos y yo mi lágrima seca.

El chico salió para detenerse justo al lado de él y decirle: Está cerrado, abrimos hasta las 9, así que te pediría que... (bla bla bla) entre él y yo no había un solo parpadeo. Logré detectar que me decía: Ven. Y yo sólo me volví a encoger de hombros y a decir muy despacio, para que me entendiera: Está cerrado. Me miró incrédulo, yo sonreí con aquella mueca en el rostro que apenas si alcanza aquella definición, quité de mi rostro la sal que había dejado aquella lágrima y me senté en una silla, frente a la ventana, mirando al que alguna vez pensé a mi lado para siempre, mirando como si fuera ahora sólo un sueño de aparador. Él estaba ahí de pie y gritaba. Yo ya no lo oía, sólo me percataba de que escupía el vidrio. Yo mantenía mi sonrisa y le daba pequeños sorbos a mi café. Mientras cruzaba la pierna... Y él se fue, así como se fueron mis ilusiones de princesa cuando Alejandro abría la puerta de aquélla habitación donde él olvidó que me tenía a su lado. Ya no más, ahora él también terminó viendome del otro lado de la ventana, donde yo ya no tenía frío, donde estaría mejor sin él.


El chico, de quien jamás supe su nombre, regresó a sentarse a mi lado, después de haber limpiado la ventana.
¿Estas bien?, me preguntó y se veía preocupado.
No, confesé, pero lo estaré.





No mentía.

28/12/08

Jeovàh es mi testigo


Perdòn por la tardanza. Pero es que tuve que ponerme pedo para poder contarles un secreto.

Les iba a contar de cuando me robè un GI Joe en la Comercial Mexicana. O les iba a contar que atravesé hace poco por un dilema tipo triangulo amoroso (dos mujeres un camino) y que una de ellas era muy fea pero re buena persona.

Pero no, hoy les voy a contar de algo que me pasó hoy. Por eso tambièn la tardanza.

No les daré largas porque ando demasiado ebrio y tengo mucho sueño.

Me caga cuando vienen a mi casa (casa de ustedes si hacen paro con la micha de la renta) las doñas testigas de Jeovàh, y sus esperpentos de hijas a hablarme de la salvaciòn y que debo dejar de hacer pendejadas con mi vida y entregarla a la lectura de la biblia y predicar. Pero hoy que me tocaron (siempre tocan a la misma hora, por eso sabìa que eran ellas) me asomé primero, sigiloso abriendo sòlo un huequito entre las cortinas del cuarto. Y lo que vi me dejó la boca abierta, un par de testigas de Jeovàh, una bien culera y la otra toda una diosa (soy un exagerado pero neta esta bien chida).

Inmediatamente asomè mi cabezota por la ventana para decirles que me aguantaran que enseguida las atendía.

Me apresuré a ponerme algo, porque seguía en pijama (calzones y camisa térmica nada sexy). Hasta perfume me puse (Hugo Boss rifa). Cuando bajé la vi más bella aún. Ella me vio serena y tímida, noté que le temblaba la mano con la que sostenía su Biblia, primeriza seguramente.

Hizo las preguntas de rigor… que si leía la biblia, que si entendía el padre nuestro, etc. Respondí afirmativo (les juro que no mentí, neta me chuté la biblia entera en la prepa sólo por tener algo para leer).

Ella resultó estar entonces muy interesada en hablar conmigo… No hablaré mucho de la otra porque es fea y es de mal gusto hablar de gente fea.

El caso es que las pasé a mi humilde morada y les ofrecí café, y resulta que no toman esas cosas. Entonces sólo me aceptó agüita mineral. Noté que seguí nerviosita, y yo me inflé y me sentí bien cerquita de ella, según para leer junto con ella los versículos que citaba de su biblia negra, nuevecita, empastada en piel.

Noté que la morra no era una testiga de Jehová cualquiera, ella tenía un tatuaje chiquito de una flor en su tobillo. Ah es que ellas siempre usan faldas y son muy recatadas. También tenía sus uñas pintadas de negro, desgastadas y con el esmalte ya de hacía algunos días seguramente. Así que me dije a mi mismo: mimismo es ahora o nunca. Le chulié el tatuaje, le presumí el mío, hablamos de música y dejamos a un lado la biblia y al esperpento de su compañera que nos veía muy feo y parecía muy asustada.

Le dije que tenía muy bonitos ojos, y me ví tan dandy como Javier Bardem en Vicky Cristina Barcelona (lo sé yo mismo estoy sorprendido de hasta dónde puede llegar un tipo feo como yo con la actitud correcta y un poco, muy poquito, Hugo Boss). Le dije que me había gustado mucho y que me gustaría verla hoy mismo, más tarde. Se sonrojó y aceptó titubeante al principio. Pero reiteró su emoción por salir hoy cuando se despidió y me dejó una revista de esas que regalan los de su especie.

Más tarde llegó a mi casa (obvio soy tan dandy que no necesité decirle que pasaría por ella, ella pasó por mi). Vimos Trainspoting edición especial que me costó 69 pesos, bebimos café, y nos dedicamos a comernos el resto de la tarde y casi toda la noche. Se acaba de ir y me siento sucio, por eso aprovecho que estoy ebrio para escribirlo. Antes que el sueño ensucie el recuerdo y lo pervierta con detalles embarazosos.

Pero “shhhh es secreto”, me dijo. Lo bueno es que creo que tener un blog es pecado para los de su especie, así que corazón que no ve es corazón que no siente, corazón que te miente qué se yo, ash eso es una canción de Alejandro Sanz, chingado ahora saben más secretos míos. Que penita.

26/12/08

Ay mi'jita...


"Una mujer con secretos, misteriosa y enigmática,
siempre es más interesante, mi'jita..."


Eso solía decirme mi abuela todo el tiempo y si en su momento le hubiera hecho caso, tal vez otro gallo me cantara. Y es que la neta hay veces que soy bien confiadota, a pesar de que no hago amistades facilmente, en cuanto encuentro a alguien con quien platicar a gusto se me suelta la lengua y órale!!! a contarle mi vida, obra y milagros, y a pesar de que me he llevado muchas desilusiones, parece ser que no aprendo y vuelvo a hacerlo una y otra vez.

Es por eso que he decidí desde hace un tiempo hacerle caso a mi abuela y no ser un libro abierto para el mundo, sobre todo porque no ha aparecido la persona en la que pueda confiar ciegamente. Tal vez el día que llegue, deje de tener secretos guardados en lo más profundo del cajón, pero mientras ese día llega, no me queda de otra mas que cerrar el pico y escuchar en mi mente esas sabias palabras, que después de todo, nunca se han equivocado.

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Hola a todos los honorables integrantes de éste recién nacido bló, una disculpa por aparecerme a estas alturas pero cuando me acordé que había que escribir sobre la ñoñez ya era demasiado tarde, asi es que preferí esperarme a que fuera mi turno.

Feliz año nuevo para todos!!!
Felices posts!!!!

25/12/08

Llorar y llorar


Todo el mundo tiene al menos un secreto que es capaz de hacerte llorar.

Eso leí alguna vez en algún lado, y se me quedó sumamente impregnado.
Es difícil pensar que todas las personas que caminan por esta caótica ciudad, tienen vidas propias y problemas propios.

Digo, es obvio, y todos sabemos que es así, sin embargo, es difícil darnos cuenta de que las demás personas también son personas; porque normalmente las vemos como un estorbo más: la señora que camina lentísimo y que ocupa toda la banqueta, no dejándote rebasarla, justo cuando más prisa tienes; el viejito que estorba todos los carriles, causando embotellamientos; el señor patán que escupe en la calle; la gorda con miles de hijos ruidosos y molestos, que no puedes patear porque no eres tan maleducado como ellos; y demás especímenes urbanos que abundan en nuestro alrededor.

Todos ellos tienen al menos un secreto capaz de hacernos llorar.

Cuando uno se da cuenta de eso, deja de estar de tan mal humor, y deja de ser tan intolerante con los demás.
Porque a fin de cuentas, todos ellos sufren, igual que nosotros sufrimos.

Sabiendo esto, he tratado de vivir mi vida con una sonrisa, porque nunca sabes el poder que tiene un simple acto amable para alegrar el día de un perfecto desconocido.
Muchas veces, cuando la gente me desespera y estoy al borde de querer matar a alguien, trato de recordar la frase de William Shakespeare, del mercader de Venecia:
"Si me cortas, ¿acaso no sangro?"

Todo el mundo tiene al menos un secreto capaz de hacerte llorar.
En el fondo, todos somos iguales y todos somos humanos.

Disculpen ustedes, lectores imaginarios compartidos, si hoy me escuché particularmente emo, pero es que es navidad, y no soy particularmente adepto a esta fiesta.

Y además, días como estos son en los que me acuerdo de mi propio secreto, el que sería capaz de hacer llorar a los demás; y no me siento muy feliz...

Pero hey, al menos comimos mucho pavo, ¿no?
Felices festividades para todos.
Que este 2008 del demonio acabe pronto.

24/12/08

Suerte


Fue una mala temporada. De hecho, ya llevaba mucho tiempo en que todo me salía mal. Mi tesis de maestría estaba totalmente estancada. No veía no cómo seguirle. La clase que estaba llevando --que se suponía que me iba a ayudar-- no me ayudaba en nada; al contrario, sentía que sólo me hacía perder el tiempo y sufrir en balde. Mi mamá estaba cada vez peor de la espalda. Bastante seguido despertaba por las noches con dolores. El trabajo se volvió completamente monótono. La mayoría de mis amigos se estaban yendo: unos se iban a otras ciudades (o países); otros simplemente se fueron. Llevaba un bueen rato sintiéndome solo, sin encontrar a nadie con quien compartir mi vida, y en vez de acostumbrarme, sólo empezaba a perder las esperanzas.

¿Por qué? Hasta entonces, prácticamente todo en mi vida me había salido bien, o al menos relativamente bien. Confiaba en Dios, le pedía cosas, era buena persona y voilà, aparecía lo que había pedido. Nunca me atreví a llamarles "milagros", porque nunca me pasó nada que violara las leyes naturales. Pero sí era muy evidente que a veces pasaban cosas cuya probabilidad de que pasara era muy pequeña... pero pasaban. Y coincidían justo con lo que había pedido. Desde mi punto de vista, los "milagros" de Dios consistían simplemente en manipular la suerte a tu favor. Después de todo, no podía violar las Leyes que él mismo creó para el mundo.

Sin embargo, de un tiempo para acá, las cosas ya no funcionaban así. Le pedía dejar de encontrarme a cierta persona, y, tómala, que se me aparecía al día siguiente en el lugar más inverosímil. Le rogaba que mi mamá dejara de sufrir, y esa misma noche despertaba llorando. Le pedía que ya no hubiera violencia en este mundo, y al día siguiente mataron al hijo de la vecina por quererlo asaltar. Estaba seguro de que, si Dios existía, le encantaba burlarse de mí.

Aunado a eso, me empecé a dar cuenta de todas las injusticias en el mundo. Niños inocentes literalmente muriendo de hambre. Narcos decapitando gente por todo el país. Guerras por todo el mundo. Personas que no eran ni la mitad de "buenas personas" de lo que yo era, obtenían más de lo que querían.

Una de dos: o Dios se murió, o nunca existió y simplemente antes había tenido suerte. Después de muchos años de estudiar el Método Científico y las leyes de la Física y la Química, que gobiernan y describen a la perfección el comportamiento de todo el Universo, me di cuenta de que lo más seguro era lo segundo. Por fin lo entendí.

Sin embargo, el saber eso definitivamente no me hacía más feliz.

Mi vida llegó a un grado de monotonía bastante molesto. Despierta, ve al trabajo, hazte wey un rato, regresa, intenta avanzar con la tesis, date cuenta de que o eres muy tonto o eres muy huevón o simplemente no se puede, ponte a jugar Nintendo o a pendejear en internet. A cenar, a dormir. Despierta y vuelve el mismo ciclo. Mis clases de idiomas los sábados eran un poco más interesantes, pero aún así no había mucho de dónde sacar una sonrisa.

Pasaron 8 meses así. Un día ya estaba harto. Mi cabeza estaba hecha un desorden más caótico que mi cuarto, que ya es decir bastante. Empecé a pensar que en algún lado debía estar la respuesta. Aunque no estaba muy seguro de la respuesta a qué. Algo estoy haciendo mal. Algo debo poder hacer para que las cosas mejoren. ¿Por qué Dios me ignora tengo tan mala suerte? Hay algo que no sé y debería saber. Me di cuenta de que llevaba buscando la respuesta ya mucho tiempo, pero no en los lugares correctos. Por fin me di cuenta de que no la iba a encontrar en los juegos de Nintendo, ni en la pornografía del internet, ni en el Messenger que por lo general estaba vacío y sólo me ponía a observar la lista de mis amigos desconectados (y mucha gente conectada con quienes la verdad no me interesaba hablar)... Empecé a recorrer todo mi cuarto, caminando desesperadamente dos pasos para allá y dos para acá, pensando en lo bien que se sentiría encontrar esa respuesta.

Y entonces apareció. Ahí, enfrente de mí. Por encima de todo el desorden. Seguramente siempre había estado ahí. Por el polvo que tenía, llevaba ahí más de un mes, encima de una montaña de apuntes de japonés, CDs grabados, copias de libros de robótica e impresiones de mi tesis. Era difícil no verlo, estaba encima de todo. Pero por alguna razón nunca lo había notado.

Era un DVD, de una película que una amiga de su trabajo le prestó a mi mamá, y que dijo que estaba "interesante". Mi mamá me pidió que le sacara una copia, y por alguna razón (probablemente derivada de la Segunda Ley de la Termodinámica, que dice que la entropía --léase desmadre-- tiende a crecer) esa copia se quedó ahí en mi cuarto, botada, abandonada a la suerte, sin ningún lugar especial. Y en ese momento, enmedio del silencio nocturno que llenaba mi cuarto y en el cual nadaban los fantasmas que atormentaban mi mente, apareció, casi casi brillando, como los tesoros en las caricaturas.

Se llamaba El Secreto.
No tenía nada mejor que hacer, así que decidí sentarme a verla.

Y desde entonces mi suerte empezó a cambiar.



Feliz Navidad a todos.

23/12/08

Confesiones de Miss Marmota 2009.




Si se trata de confesarnos, no creo que sea un secreto que a mi me hubiera gustado ser CSI si viviera en un universo paralelo y hubiera encaminado mi vida al bien; o asesina en serie si me hubiera ido por el camino del mal. Tampoco creo que sea secreto que me gustan las páginas gore, ni que soy una fan from hell de Twilight y de Edward Cullen. Yo creo que todo mundo sospecha, por más que lo quiero negar, que sueño con una boda perfecta en la playa, sobre todo porque sé que me voy a ver preciosa en mi vestido blanco de diseñador y que aveces me da miedo dormir porque la primera realidad de la mañana es la más fuerte. Tampoco ha de ser secreto que estoy enojada con mi hermano porque no me gusta verlo hecho un menso por alguien que no vale la pena y que apaaaarte ya lo lastimó (oops, a lo mejor eso sí era secreto), pero es que quizás a mi siempre me faltó que ese hermano me defendiera ante cualquier peligro sentimental, me faltaron esas amenazas tontas de "si lastimas a mi hermana te madreo". Y bueno, creo que no es ningún secreto que soy una romántica incurable y que si bien no espero a mi príncipe azul, si espero a un vampiro al que no le afecte la luz del sol. Yo creo, también, que todo mundo sabe que odio a la gente estúpida y vacía, y que ni siquiera me tomo la molestia de voltearlos a ver cuando osan cruzarse por mi camino. Sí, creo que todo el mundo sabe que soy ojete, sarcástica, intolerante y mamona. Y haciendo un recuento, a lo mejor lo que sí sea un secreto sea saber que aveces he deseado ser menos lista pero más feliz, y también que mi intuición me dice que me esperan cosas mejores que a la mayoría. Yo creo que tampoco nunca le he querido decir a nadie que cuando he estado mejor es cuando he estado sola, que a mi eso del amor no se me ha dado, o que quizá fue porque se me dio demasiado bien la primera vez y ahora vivo tratando de cumplir esa expectativa...

Porque la verdad, no creo que sea un secreto que no le haya podido guardar fidelidad a ninguno de mis novios más que a ese, y tampoco que lo haya hecho por su culpa y no por la mia. Creo que todos también saben que me gasto toda mi quincena en ropa, y que tengo tanta como para no repetir nada en un buen rato, pero que todas las mañanas no encuentro que ponerme. Lo que sí he de confesarles es que no me gusta el acento de los argentinos, será tal vez porque los que he tratado no han sido las mejores exportaciones de su país, y también que siento que este año que viene será el año en el que pueda empezar a cumplir mis sueños. Y pa' probarlo, les cuento que como nunca me ha dado resultado eso de comerme las doce uvas, me voy a pasar este año nuevo a Nueva York, a contar los últimos segundos del 2008 del carajo en Times Square...

Y bueno, ahora sí, quieren que les cuente un secreto?... Espero que entre los deseos que me lloverán en confettis provenientes de todo el mundo, esté el mio, el que todavía ni siquiera descifro, y que me lo prueben en un beso de algún desconocido que vaya a celebrar el inicio del 2009 al mismo lugar al que yo me escapé.

22/12/08

Su secreto

Lo enterró, como a un tesoro.

Sólo que ella no hizo ningún mapa, pese a la petición de muchos.

Guardó en su memoria las coordenadas específicas con temor a olvidarlas, pero fiel a la decisión que había tomado, no lo había hecho a la ligera, realmente deseaba enterrar su corazón, desterrarlo de su vida.

Lo hizo porque los maltratos del pasado amenazaba con hacer polvo a su frágil músculo.

Cuando lo hubo enterrado (y olvidado) caminó incluso sobre él, sin darse cuenta, las personas en su vida iban y venían. Ella a veces sentada los veía pasar, incluso dicen que estuvo platicando con algunos de ellos: visitantes erráticos, creo que incluso rió algunas veces, pero jamás fue lo suficientemente fuerte (lo que sentía por ellos) como para moverse de la banca en donde se sentaba a mirar la vida.

Y aquí viene el secreto:

Alguien encontró la llave de aquél cofre que ella enterró pero no puede hallar el lugar donde enterró su corazón.

Se encontraron de pronto y él le mostró la llave.

Ella dudó un poco. ¿Sería la original? ¿Sería él quien pudiera abrir aquél viejo cofre? ¿Aceptaría su corazón? Todas las preguntas llegaban a su cabeza... Haciendo una vorágine extraña.

Y entonces él decidió que, antes de que fuera demasiado tarde, le contaría a ella su secreto:

La veía hablar de una manera apresurada, le tomó las manos y le susurró al oído:

- No me importa no encontrar ese viejo corazón, soy capaz de regalarte uno nuevo, no tengas dudas y comprueba que dejar atrás lo sucedido te llena de fuerzas de volver a comenzar.

En definitiva, ¿Qué sería de ella sin esa clase de secretos?

18/12/08

Próximo tema...

Gracias a todos por leernos! La verdad es que no esperábamos tener tanta afluencia tan rápido.

Bien, ya se divirtieron (o perdieron el tiempo) a nuestras expensas, ahora toca a ustedes hacer el trabajo. El Ente Supremo Bloggístico (o sea yo) ha hecho aparecer a la derecha de sus pantallas una columna de bolitas que, si se fijan bien, verán que es una encuesta. Es su derecho y responsabilidad picarle a una (y sólo una) de las bolitas, según sus preferencias de entretenimiento para la próxima semana.

Así es: ahora ustedes deciden qué pasará. ¿No les parece sensualmente emocionante?

Estén atentos, ya que a partir del próximo lunes1 los BILF regresarán con más posts, más irreverencia, más ñoñez, más temas... o al menos más orden, para que diario tengan algo nuevo que leer.

Atentamente,
El Ente Supremo Bloggístico.*


1. O antes, si a alguno de ellos se le antoja postear.

*Puntos dobles para aquél lector que adivine quién fue el que escribió esto, haciéndose pasar por El Ente Supremo Bloggístico.

Permiso SEGOB 12345678-0
Aplican restricciones. Come frutas y verduras. Fumar puede causar cáncer. Junio y julio también pueden causar cáncer.

16/12/08

I Will Survive




Durante generaciones los ñoños han sido valpuleados por su apariencia, forma de vida y creencias, para paliar esos efectos a continuación comparto con ustedes un decálogo para disfrazar su situación de ñoños y no morir en el intento.

1. Disfraza tus nulas habilidades de interacción social y superioridad intelectual con un ensimismamiento que los haga creer que eres como el guey de Rain Man o sordomudo como la señora que sale en el noticiario de Lolita Ayala haciendo señas como de cholo valín, recuerda que a los discapacitados nadie los madrea, es políticamente incorrecto, al contrario todo mundo les compra chiclitos y calendarios o estampitas en el metro.
2. Cuando tus padres te digan que dejes de basar tu dieta en sopas Maruchan, pizzas de Domino´s y Red Bulls porque se te está poniendo el cuerpo como M&M de cacahuate diles que el mundo fuera de la red no existe, que eres todo un sexsymbol en Secondlife.
3. No entables ninguna relación con alguien que no sea como tú, seguro te romperán el corazón o podrías tener hijos Cool.
4. Nunca cuestiones tu indumentaria, en algún momento esos Airforce One que te heredó tu tío Armando y que desde 1989 no te quitas hoy vuelven a estar de moda.
5. Si te corren de tu casa no te preocupes, siempre podrás refugiarte en un Starbucks y vivir como el pinche chino del Aeropuerto y mantenerte todo el día Online.
6. No hace falta socializar, a través de facebook podrás enterarte de lo que pasa en el mundo exterior.
7. Si no encuentras un trabajo formal siempre puedes afirmar que estás sobrevaluado y que algún día dejarás de ser fotógrafo de camellón, artista visual pintabardas o escritor de artículos en Selecciones de Reader Digest o guiones de programas de Telehit y muy pronto te convertirás en el nuevo Damien Hirst.
8. No intentes contarles a los demás sobre tu grupo Indy favorito, tus gustos musicales son tan revolucionarios que el resto de los mortales nunca te entenderá.
9. Hay formas más honestas de ganarse la vida que siendo blogstar/publicista/fotógrafo/diseñador.
10. Nunca te pongas a redactar un decálogo sobre como sobrevivir a las nones, puede ser lo más ñoño que hayas hecho en tu vida.

14/12/08

Viaje a Argentina


Releyendo mi escrito anterior, me doy cuenta de que sólo fue un gargajo ñoñamente apresurado por la emoción de participar, pero dista mucho de ser un post digno de un Bloggero con quien Ustedes Quisieran Intercambiar Fluidos (BUQIF, nombre en español de éste, su espacio). Así que, arriesgándome a ser violentamente castigado por el Poder Superior Bloggístico, y quizá perderme la próxima jornada, he decidido intentar redimirme y postear por segunda vez en el mismo tema. Pero sólo lo hago por los lectores. Y por el tema de la semana. Y porque soy bien ñoño y me gusta escribir.

Ya fue establecido en escritos anteriores que durante mucho tiempo competía con Lenna y el Ninja, cada quien en su escuela, por ver quién era el más ñoño. (Bueno, con el Ninja la competencia fue un poco asincrónica). Siendo así, al empezar el último tercio de la década de los noventas, yo vestía playeras tipo polo que me compraba mi mami, usando camiseta abajo, zapatos sencillos casi ortopédicos (no hay que usar tenis muy seguido porque se deforma el pie), mi cabello a veces se esponjaba casi como afro pero normalmente traía un copete ñoño caído sobre la frente, y usaba unos lentes que, si bien no eran de fondo de botella, eran grandes, muy grandes. Fue el único armazón que daba el ancho de mi desarrollada cabeza, y tenían la ventaja de abarcar casi todo mi amplio campo visual.

Estaba yo ya acostumbrado a que siempre que era 14 de febrero o navidad o 30 de abril y los de Tercero venían paletas y globos y flores y todo eso para que le mandaras a tus amigos, a mí nunca me tocaba nada. O quizá alguna vez un globo de la única niña aun más ñoña que yo, que le compraba a todos. Pero a veces ni eso.

Cursaba yo primero de secundaria, y, por razones ñoñas que en otra ocasión detallaremos, iba todos los sábados a la escuela a una cosa que era algo así como un club de matemáticas, donde nos preparaban para las Olimpiadas. (Seguro todos ya lo saben, pero existen mundialmente Olimpiadas de Matemáticas, de Física, de Química.... aunque ojo, NO son como las pintan en las películas y en las caricaturas.)

Lo poco que me acuerdo de esas sesiones es que aprendí a jugar Nim y que siempre nos hablaban de un mítico viaje a Argentina. No recuerdo si el concurso era en Argentina o el viaje era el premio por ganar el concurso, pero todos soñábamos con ser lo suficientemente ñoños inteligentes para ir a Argentina.

Un año y medio después, por fin entré al concurso en forma. En el trayecto, empecé a coleccionar muy oprgullosamente varios diplomas que enmarqué y puse en la pared de mi cuarto, en un rincón. Poco a poco y después de varios meses y varios exámenes, fui quedando entre los mejores 25 del DF... luego los mejores 10 del DF... y finalmente los mejores 8 del país.

Entonces la siguiente etapa del concurso era a nivel Iberoamericano, en la ciudad de Guaymallén, provincia de Mendoza.
En Argentina.

Así, el humilde Hotel Nomeacuerdocómosellama cerró sus puertas al público en general, para recibir a 76 estudiantes provenientes de México, España, Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Venezuela y no sé qué otros países, que participarían en la Sexta Olimpiada Matemática Rioplatense.

Aunque el examen constaba sólo de dos partes de 6 horas cada uno, un día por parte, todos estábamos invitados a pasar ahí una semana completa. Los mexicanos hasta nos vimos más abusados y estuvimos como 10 días.

Un día, mientras paseábamos en un parque, nos encontramos a un caricaturista. Cada quien pasaba a sentarse en su banquito, y por 6 pesos argentinos recibía un bonito retrato a lápiz con la interpretación del artista.

El mío tenía mi enorme cabeza, mi fleco sobre la cara y los lentesotes, sobre un personaje vestido con una bata de científico escribiendo millones de fórmulas en un pizarrón. A doble carta.


Ya cuando llegaron todos los demás, era curioso que cualquier transeúnte que pasara por el hotel, vería un montón de chavos echando relajo pero quizá no sospecharía que venían a una Olimpiada de Matemáticas. De los 76, sólo unos... 15 éramos visiblemente matemáticos. La mayoría no tenían aspeco ñoño. Sólo unos cuantos.

Como yo.

Y Sagrario.

Sagrario era la orgullosa representante del pueblo de Zumpango, Edo. Méx., y era unas 6 veces más ñoña que yo.

Sus habilidades para socializar eran notables. Una vez, en la comida, estábamos hablando de estaciones de radio, y alguien mencionó que a veces gustaba de escuchar Alfa. Sagrario, ipso facto, hizo una valiosísima aportación:

Alfa es la primera letra del alfabeto griego. La mayúscula es como una A normal, pero la minúscula tiene colitas. Luego sigue Beta, que también parece una B pero con una colita...


Aunque Sagrario no entendió por qué todos nos carcajeamos, yo sí entendí una cosa. Nunca en la vida querría ser como Sagrario. Y también entendí que, gracias a Dios, en este grupo yo no sería El Ñoño. Sagrario tenía ese puesto, y por mucho, y por lo tanto yo automáticamente me convertí en... no-ñoño.

Así que durante esos diez días, socialicé, canté, hice amigos, me emborraché, me divertí, e hice un horrible ridículo en el examen del concurso (ver nivel I). Pero no importaba, lo viajado nadie me lo quita. Y lo aprendido. Así que en el concurso no gané nada. Pero en el viaje gané mucho.

Tras regresar a casa, la caricatura antes mencionada fue enmarcada y la colgué junto a todos los diplomas que ya venía acomulando, en la pared del rincón de mi cuarto. Primero era una especie de souvenir del viaje, y un complemento al diploma de participación que se agregó a la colección. Pero después vi que era una especie de recordatorio de lo que ya no quería ser.

A partir de ahí me dediqué a ir a fiestas, conocer gente, hacer amigos.

Y empezaron a llegar los 14s de febreros y navidades donde los de Sexto vendían globos y paletas y flores. Y yo ya no me iba a casa con las manos vacías.

Y empecé a acumular globos que empezaron a tapar los diplomas que tenía en mi pared. Y me di cuenta de que ese tipo de cosas son mil veces mejores que los diplomas.


Ese fue el inicio de una lenta (muy lenta) transición para dejar de ser ñoño... transición que, evidentemente, nunca concluyó, jeje.

Para aquéllos que tengan curiosidad por saber más detalles de mi ñoñez, vayan a mi blog.

13/12/08

La überñoñez

Creo que podría decirles lo más ñoño que he hecho en una simple frase:

Existir. De los cero a los quince años.

Neta, durante todo mi kinder, mi primaria, y mi secundaria; fui lo más ñoño que existió en este planeta.
Bueno, no, no era lo MÁS ñoño; ese dudoso honor lo sigue teniendo el mecartistrónico.

El caso es que fui de lo más nerd que se podía ser. Puro diez, primeros lugares académicos, en lectura, en oratoria, concursos de matemáticas; you name it.

Pero nada de eso fue lo más ñoño que hice.
No, veran, el pedo está así:

Harto de ser tan loser y tan nerd, decidí que iba a mandar todo al demonio. Ya estaba harto de ser así; quería tener una vida.
Así que, entrando a prepa, tuve un cambio radical.

Deje de vestirme como niño de catálogo Ferrioni, cambié mis lentes redondos de loser, por unos de contacto, que dieran a notar mis desgarradores ojos verdes.
También mandé al diablo mis calificaciones, y empecé a echar desmadre.

Fue mal momento para hacerlo, porque justo cuando entré a prepa me dieron beca, y tenía que mantener ocho de promedio, porque cada mes que no lo hiciera; una señora iba a buscarme para regañarme y quitarme la beca ese periodo.
Entonces, cada mes, tenía que esconderme de la señora quitabecas, y acababa encerrado en un cubículo del baño (que por cierto, es el baño más grotesco que jamás he visto, y TODOS los cubículos estaban sucios, y la mayoría con pozolazos); o en la azotea, o en el closet de servicio; o, una vez, en el cuarto abandonado del gimnasio, y eso NO acabó bien...

El caso es que cada mes, tenía que vivir con miedo de que la señora malévola me descubriera y llamara a mis papás para decirles que su hijo era una decepción; y que por culpa de la falta de interés académico de su vástago, ellos iban a tener que pagar colegiatura.

Evidentemente, al vivir en la casa de mis papás, no me convenía que ellos estuvieran enojados conmigo; por eso, cada vez que era día de entrega de boletas, yo inventaba algún pretexto para salirme temprano de la escuela, y que la señora no me encontrara.

El gran problema era que, para salirme de la escuela, tenía que tener la autorización del coordinador de asistencias, un viejito de como unos 158 años, todo chaparrito y buena onda.
Siempre era muy buen pedo, EXCEPTO cuando le pedías permiso para salirte temprano; entonces se volvía más malo que Lucifer, y te regañaba como media hora, antes de autorizar tu salida.
Y aún con la salida autorizada, tenías que ir con la secretaria para que ella llamara a tu casa, y tus papás te dieran permiso de salir.
Sí, mi escuela era peor que una cárcel.

Regresando a la historia de mi ñoñez.

Todo comenzó un lunes nublado y frío; yo llegué a la escuela, y en cuanto me senté en mi lugar, recordé que era día de entrega de boletas.
No tuve mucho tiempo para tener miedo, porque la clase con mi titular (y por tanto, el fatídico momento de las calificaciones) era a primera hora.

Empieza a entregar boletas, y veo que todo mundo pone cara de confusión.
Me dan la mía, y veo: 8.1 de promedio.

"¡A huevo! ¡Mantuve mi beca! ¡Soy un genio!", pensé, alegremente.

Después, veo mis calificaciones, y noto algo extraño: 10 en matemáticas.
Eso no era normal, puesto que estábamos en el sexto mes de clases, y no llevaba ni un sólo mes pasado.
Es más, en la boleta aparecían cincos, pero como mi maestro de matemáticas me recordaba cada vez que podía, mi promedio real era de dos punto cuatro.
Y, como además estaba seguro de que no había podido aprobar la materia ese mes, porque me habían corrido del examen por pegar un dibujo obsceno en el escritorio del profesor; entonces estaba completamente convencido de que ese 10 era un error.

Voltée para presumirle mi 10 pirata a un amigo, y en eso, el güey me dice: "Mira, saqué 10 en matemáticas..."; eso tampoco estaba bien, porque mi amigo iba igual de mal que yo; de hecho, a él lo corrieron del examen por mojar la camiseta de una compañera, y gritar "No me puedo concentrar si no veo chichis".

Justo cuando le enseñé mi diez, y empezábamos a discutir que algo no estaba bien, oímos un grito indignado; uno de los ñoños del salón estaba diciendo que la boleta estaba mal, que él no podía haber sacado cinco en matemáticas.

Todo el mundo empezó a gritar, porque aparentemente todos los huevones habíamos sacado diez, y todos los nerds habían reprobado.

Acabó la primera clase, y yo seguía orgulloso de mi diez; así que hablé a mi casa, y dije:
"¡Mamaíta! ¡Acabo de sacar diez en mate! ¿Cómo que por qué? ¡Soy un fucking genio, ese es el por qué! No mamá, no le copié a nadie. No, estoy casi seguro de que no es un error. ¡Carajo mamá, qué falta de fe en tu propio hijo! El caso es que mantengo la beca este mes, ¿ok?"

Colgúe, y regresé a clases.
En eso, la jefa de grupo, la ñoña más grande que he conocido, dice que acababa de ir a preguntar, y que alguien se metió a la cuenta del profesor de matemáticas, y le puso 10 a todos los que habían sacado 5, y viceversa; entonces el director le había dicho que ella tenía que recoger todas las boletas erróneas, para que pudieran imprimir nuevas.

Yo alcé la mano y le pregunté: "¿Neta esperes que te devuelva la única boleta de la que me he sentido orgulloso en toda mi prepa?"; y ella me contestó: "No, no lo espero, te digo que lo vas a hacer, porque si no te van a poner un reporte"

Yo, sintiéndo la amenaza, le dije: "¿Ah sí? ¿Eso es un reto o un doble reto?"
No me contestó; así que asumí que era un doble reto.

Mientras ella pasaba de lugar en lugar recogiendo las boletas, yo pedí permiso para ir al baño.
Cuando regresé, la jefa de grupo me estaba esperando en la puerta del salón, y me dijo que le diera mi boleta.
Yo le dije:
"Claro, con gusto te la daría, pero la tiene un amigo de otro salón"
Ella me dijo que no me creía, y le contesté: "pues me vale madres si me crees o no, de todos modos no te la puedo dar ahorita"

Verán, esa vieja y yo nos CAGÁBAMOS.

Yo estaba planeando una forma de escaparme de la escuela antes de que me obligaran a devolver mi boleta, porque ya le había dicho a mi mamá que ese mes iba a conservar la beca, y no podía fallarle; cuando en eso, termina la segunda clase.

Iba saliendo del salón, cuando saqué la boleta para ver mi hermoso diez otra vez, cuando en eso me gritan:
"¡Ahá! ¿No que no la tenías tú?"
Carajo.

La gorda ñoña se me acerca toda enojada (claro, que te pongan cinco cuando habías sacado diez debe ser bastante enojante); y me ordena darle la boleta.

Afrotunadamente, un amigo estaba escuchando la conversación, y decidió ayudarme.

"¡Se está incendiando una banca!", gritó.
Eso fue suficiente para que la jefa de grupo volteara a ver qué pasaba, y para que yo pudiera decir "¡hasta luego, ilusa!" y salir corriendo.

Rápidamente fui a la oficina del viejito coordinador de asistencias, y le dije que tenía que irme de la escuela, que era asunto de vida o muerte.

"¿Qué tienes?", preguntó.
Sin un pretexto adecuado, dije lo primero que se me ocurrió:
"Me duele... un ojo"

Después de como diez segundos de silencio incómodo, me dijo:
"Te regañaría por mentirme, pero cada mes es lo mismo contigo, así que no tiene caso, sólo dime algo... ¿estás ebrio o drogado?"
De nuevo, sin saber qué decirle, y con miedo de que me quitaran la boleta, le dije:
"Depende, ¿cuál de las dos haría que usted me dejara irme de la escuela más rápido?"

Me miró con tristeza, y me dijo: "ya vete... es más, tú ya no me tienes que explicar por qué te vas, simplemente dime que te firme la salida y ya; me rindo."

Agradecido, fui con la secretaria, y le di el número de mi casa, que convenientemente, se parecía mucho al número de una amiga, que, aún estando en clases, juró ser mi mamá, y me autorizó salir de la escuela temprano."

Y esa, lectores... no imaginarios, es la historia de lo más ñoño que he hecho: tatuarme un botón de power en la espalda.
Yo sé que a simple vista parece que no tiene nada que ver, pero sí que lo tiene.
Piensen en eso.

No, no


¿Lo más ñoño que he hecho? Es como muy específico, ¿no?

Pues, igual que la Lenna, siempre sacaba dieces en la primaria. Pero yo no lloraba cuando sacaba ochos.

Simplemente no sacaba ochos.

Pero no hay nada de ñoño en eso.

No hay nada de ñoño en haber ido a una Olimpiada de Matemáticas en Argentina en 3o de secundaria. Ni en haber sacado 1er lugar nacional en otra en 5o de prepa.

No hay nada de ñoño en haber hecho el examen para entrar a Mensa, aunque me hayan aceptado.

No hay nada de ñoño en ganarse la Beca de Excelencia para el Tec. Ni en estudiar mecatrónica, con especialidad, y sacar 94 de promedio final de la carrera. Y haberse seguido a la maestría.

No tiene nada de ñoño ponerse a programar un Tetris en Excel en mis ratos libres del trabajo.

No hay nada de ñoño en estudiar japonés. O en saber resolver el Cubo de Rubik en 3 minutos. O en autoapodarse "mecartistrónico".

Mmm no... lo siento, no puedo contribuir al tema de la semana.


PD: Siempre recordaré con cariño a mi maestra de química de 5o de prepa. Como NADIE en la clase la pelaba, más que un amigo y yo, en los exámenes, cuando se paseaba entre los pasillos, nos ayudaba con las respuestas sin que se lo pidiéramos.
"Aquí te faltó un Oxígeno..."
Pero no era por ñoño. Era por guapo. Lo juro.

12/12/08

ñoñería fan`s club


Ya sè, quièn soy yo, tan genial, para hablàr de situaciones ñoñas. Pero la ñoñéz siempre me ha parecido uno de los pequeños detalles que lejos de afear a las personas las hace más atractivas, por lo menos para mí, así como soy fans de las mujeres ojerosas y el look Kate Moss. En la prepa solía soñar con encontrar algún día a mi bibliotecaria sexy que en privado guste de los calzones de cuero y làtigos. Y de hecho le llegué a tirar el perro bien cañón a mi prefecta, ggrr me encantan las mujeres en puestos autoritarios. Además esos trajes sastre resaltaban sus caderas pequeñas y "poco pretenciosas".

El caso es que llegó el momento de confesar algunas situación más ñoña por la que he pasado (y paso).

A manera de confesionario quisiera compartirles:

- Un día gris a principios de los 90s en mi hermosa Zamora Michoacán me disfracé de Cristóbal Colón para una obra escolar, así es, éste morenazo de fuego fue obligado a usar mallas y una peluca que picaba gacho, y pretender que era un europeo de mal gusto en cortes de cabello.

- He ganado 5 concursos de declamación, y dos de esas con poemas de mi autoría. Qué puedo decir, en el fondo era un cursi poeta de mierda. Por suerte en mis escuelas siempre habìa alguien màs pequeño y golpeable que yo, asì que no recibí mucho daño por eso.

- Hace como dos años me invitaron a unirme a un colectivo de fotografía, bueno así me la contaron. Y cuando acepté y me reuní con estos desconocidos talentos descubrì que en realidad eran 5 preparatorianos sin càmara fotogràfica, amantes de la trova, que usaban los suéteres que les hacìa la abuelita, vegetarianos, intolerantes a la lactosa, partidarios del espantoso wet look del gel ese que viene en botezotes y adentro tiene pelotitas… y muchas ñoñadas más. El caso es que me sentí un visitante de otro planeta ahí. Y tuvo su debido efecto humectante en una de esas ñoñitas, quien hasta la fecha sigue enamorada de éste lindo hombre. Amm ahora que lo pienso esto no es tan ñoño pero dicen que el que con lobos anda a aullar se enseña.

- Tengo el primer disco de Hanson.

- En la graduación de un amigo usé una corbata con estampado de Homero Simpson.

- Coleccionaba dinosaurios de plástico y quería ser paleontólogo.

- Tengo una playera de Back to the future.

- Tenìa una novia que usaba lentezotes de fondo de botella, no era muy aplicada en la escuela, pero usaba camisas polo muy grandes, nunca se quitaba el pants de la escuela, era miembro oficial del club de los calzones de abuelita, casi no se peinaba, y bastantes etcéteras. El caso es que me puedo adjudicar el hecho de haber descubierto la belleza en la que se convertiría, después de varias terapias de las que no pienso hablar porque soy un caballero y unas visitas a tiendas bonitas de ropa. Hoy es una chulada, aunque en el fondo siempre será mi geek favorita.

- En mi primera cita oficial lleguè con camisa y corbata, y sòlo íbamos al cine. Que pena me dio porque ella se riò mucho de mi.

- Y por último la cosa más ñoña que me sucede actualmente: soy fans de Isa TKM. ¬.¬ no me juzguen, ella es adorable y la trama me dejó picadísimo. Cuando sea un rockstar famoso iré a Venezuela y me la robaré. Seguro para entonces ella seguro alcanzará el timbre legalmente, si no pus le ponemos un banquito.

Parábola de las matemáticas...



Yo soy una ñoña, así declarado.
Prueba de ello: Mi rapidez para publicar este post.
Lo fui porque en mis tiempos de infancia yo sola me exigía ser buena en la escuela entonces lloraba con sólo sacar un ocho. Imagínense ¡Ocho! Así que cualquier historia que yo les pudiera contar sobre mí, sería ñoña. Si les platico cuando en la primaria gané un concurso de oratoria y el día de la premiación me trabé agradeciéndole al director de mi escuela, sería ñoño; si les platico de la vez que en plena ceremonia de izamiento de bandera, salió mi zapato volando al dar el paso redoblado como parte de la escolta de la secundaria, sería ñoño; si les platico de cuando me caí tratando de llegar a la clase de educación física, en la preparatoria, justo en un charco con lodo, sería ñoño…

Así que les platicaré de cuando ser ñoña, me salvó la vida.
Resulta que yo, como buena abogada, no sé un carajo de matemáticas, es más las odio. Mi primer siete fue en matemáticas y todo porque “el procedimiento me llevó a un resultado erróneo” Pffff.

Yo estaba en geometría analítica (¿Qué tal el nombre?) y yo, literalmente no entendía ni madres.
La maestra de mate cinco (así le decíamos a la materia en los bajos mundos) era una ruquita chinita (para acabarla, porque como yo también lo soy pues decían que era mi abuelita…Osh) súper gorda, cuando explicaba tapaba todo “el procedimiento que llevaría a un resultado exitoso” y como todos mis compañeros planeaban ser ingenieros, obvio le entendían, yo, ni un carajo.

Al llegar los exámenes, mi abue…ejem…la maestra daba punto cinco puntos por poner bien los datos del problema geométrico analítico (así se dice?) y por lo pronto Lenna siempre sacaba, evidentemente, punto cinco en todos los exámenes. Damn.
Mis padres preocupados por el posible fracaso de su hija en la escuela nacional preparatoria me inscribieron en un curso de verano de (sí adivinaron:) MATEMÁTICAS. iuuu.
Jamás entendí un carajo y cuando lo hacía no lograba pasar del seis. Conclusión: Reprobaría mate cinco sin posibilidad alguna de pasar al último año de prepa y estudiar una carrera.
La maestra de mate nos puso a hacer un trabajo extraordinario y yo, desesperada, me junté con los más ñoños de esa clase y trabajé con ellos. La cosa era exponer los efectos de la bomba nuclear de Hiroshima, con fórmulas matemáticas, como obvio no entendí un carajo, hice las láminas y la presentación en power point, no es por nada pero me quedó chula chula. Y ahí voy de ñoña a hacerle entrega a mi profa-matematicuda quien me vio con cara angelical preguntándome ¿Tu hichiste eschto? y yo: Si profa, mi equipo es muy listo y amamos su clase (Ya sé daban ganas de vomitarme) y evidentemente, después de la exposición en la que yo actué como muñeco de ventrículo, sacamos todos diez.
Como yo soy hija del gobierno (siempre estudié en escuelas públicas) estudié en la ENP 5, la de villacoapa pues, la fresa 5, los enemigos de la prepa 6... Etc... Fui presa de lo llamado: Huelga en la UNAM, nueve meses sin estudiar... Todos entraron en un trance de idiotez y comencé a asistir a los extramuros, clases clandestinas con profesores clandestinos, en lugares clandestinos. Y que ahí clandestinamente me encuentro a mi profa. Después de llevarle un cafecito y hacerme la interesada en la plática de sus nietecitos... Me dio una lista de calificaciones para que la entregara y esas calificaciones fueran publicadas en el periódico como definitivas.

Lo cierto es que siendo yo ñoña, ni el vistazo les di. Además me daba un miedo enorme saber que reprobaría y las entregue sin ver.
Dos días después me despierta la llamada de uno de mis compañeros ñoños:
Ñoño: Lenna, ya están publicadas las calificaciones de mate cinco.
Ñoña: Ah pues chido.
Ñoño: No mames, todos pasamos.
En ese momento inmediatamente me levanté de la cama
Ñoña: A ver a ver ¿Como que todos pasamos? Yo reprobé wey tengo promedio de 3.5
Ñoño: No wey, la ruquis entregó las calificaciones de las exposiciones, tu tienes 10
No mamar.
Diez y no sé un carajo de geometría analítica...
Ven, ser ñoño sí sirve...
Por cierto, ¿Qué es una parábola?

Lo más ñoño: Soy Fansss...!



Era 1998 cuando 'MMMBop' sonaba cada cinco minutos en el radio. Yo nuncajamásenlavida había sido fánsese de nada ni de nadie, eso de los clubs de fans me daba repelúz. Y por andar renegando, tómala que me da el amor por el hermanito de en medio de los Hanson y ps como los otros dos iban a ser mis cuñados en un futuro pues me puse a comprar todos sus discos, posters, revistas, fotos y demás. Digo, al final de cuentas toda la fortuna que me estaba yo gastando iba a ser mia algún día también. El caso es que tapicé todo mi estudio de pósters, todo todito hasta el techo para poder soñar despierta con Taylor Hanson mientras hacía la tarea. Y en uno de esos días, justo en mi semana de exámenes finales, que anuncian en la que entonces era la estación de moda, Código 100.9, que los Hanson iban a venir al Festival Acapulco (al Festival Acapulco!!) y que ellos iban a llevar a cinco afortunadas fánseses a un meet & greet. El concurso consistía en que cada día de esa semana, desde las ocho de la mañana iban a estar dando claves que a las cinco de la tarde, si las descifrabas, te iban a llevar a un lugar de la ciudad donde tenías que aparecerte, y la primera fan en llegar, contestar bien una pregunta y llevar un requisito ganaba un lugar en el viaje a Acapulco para ver a los Hanson en su cuarto de hotel y luego ir al concierto en el Centro de Convenciones. Yo, la fan más fan no podía perdérmelo, así que puse a mi pobre madre a oir el radio tooodo el día y a anotar las claves mientras yo iba a la escuela. Lunes, martes y miércoles nada, ni me acuerdo porque no fui. El jueves sí me aplique y mi papá me llevo hasta donde las pistas me habían indicado aquel día: el Auditorio Nacional. Me acuerdo perfecto que yo traía todas mis respuestas correctas, y una fánsese de esas gordasprietasbrillositas me copió la respuesta que le faltaba y se ganó el viaje ese día. Fue entonces que supe que yo no sólo quería ir a ese viaje, sino que debía ir porque sino los Hanson al ver tales esperpentos iban a pensar que todas las fánseses mexicanas éramos así de feas y no iban a querer regresar nunca más. Y eso yo no lo podía permitir.

Al otro día, el último del concurso, yo regresé de mi éxamen y mi mamá ya tenía anotadas varias pistas y había descubierto que el lugar a donde tenía que ir era al metro Deportivo 18 de marzo. Ella no iba a poder llevarme porque tenía que llevar a mi abuelita al doctor, así que primo Juan me acompaño en el metro. A la salida me estaba ya esperando mi mejor amiga Rocío que vivía por esos rumbos y que iba a guiarnos a nuestro destino. De ahí tuvimos que correr como diez cuadras en las cuales yo casi (literalmente) me muero gracias a mi excelente condición física, pero al fin y al cabo llegamos. Fue ahí donde me di cuenta de mi triste realidad: había una cola como de 200 fánseses esperando que les revisaran las respuestas. Fuck them, pensé, pinches gordas este viaje es mio por mi bien y por el de los Hanson. Y que me formo. Y que me toca mi turno y que tengo mal una respuesta y que me mandan al final de la cola otra vez. Doscientas gordas después me toca mi turno de nuevo. Tengo la misma respuesta mal. El conductor me regresa mi libreta y cuando la voy a agarrar me la quita y me dice: "Cuál de estas es tu respuesta?" y yo: "la que está arriba de la que está tachada..." y él: "ah... entonces sí es correcta" y yo: "..." y él: "..." y yo: "entonces qué, gané?" y él: "sí" y entonces Rocío que estaba atrás de mi no me dio tiempo de nada y se puso a gritar como loca y cuando las fánseses de atrás de ella la oyeron se pusieron a gritar también, y otras a llorar mientras sus mamás decían que yo había hecho trampa y que no era justo y que no sé qué. Pero yo ya no oía nada, estaba en shock. Me llevaron a la estación de radio donde me entrevistaron como toda una rockstar y yo no me lo podía creer...

Al otro día tempranito nos fuimos. Llegamos al hotel y nos pasaron a su cuarto. Ellos estaban ahi muy sonrientes y nos saludaron de beso a cada una, pero yo vi en los ojos de Taylor Hanson como tuvimos una conexión de esas de hace muchas vidas y me enamoré más que nunca. Ahi estuvimos un ratito platicando con ellos, nos firmaron las cosas que les llévabamos y se tomaron fotos con nosotras. Nunca nunca nunca se me va a olvidar la emoción que sentí ese día, probablemente uno de los mejores de mi vida. Después nos llevaron a comer al Hard Rock y de ahí nos fuimos al concierto. Yo regresé a mi casa muerta, y por supuesto que al otro día me la pasé hablando por teléfono contándole a mis amigas la anécdota y no estudié nada para mi examen del lunes, pero valió la pena. Desde esa vez, no he faltado ni a un sólo concierto de los que Hanson han dado en México, y orgullosamente puedo decir que volví fan a mi hermano, el mismísimo Ninja. Once años después aún tengo todas las canciones de los Hanson en mi iPod porque cuando las oigo me acuerdo y me pongo feliz.

Y sí, sigo pensando que Taylor Hanson era mi alma gemela. Lástima que se casó con otra el maldito y tuvo como mil hijos.

Pero bueno, toda esta anécdota era para minimizar lo verdaderamente más ñoño que he hecho en mi vida: acabo de hacer un fotomontaje con mi cara en el poster de Twilight. Y no me da pena decirlo... Sí soy fanssss y qué!!!


EDIT: Aquí está el fotomontaje. No sean tan crueles conmigo, que estoy deprimida, ok??... Además me quedó bien chido, o no??

TEMA DE LA SEMANA




Qué ha sido lo más ñoño que has hecho en tu vida?...