15/1/09

Me pidió una razón...


Sorpresa sorpresa, están a punto de leer otra anécdota preparatoriana.

No es mi culpa, los temas sobre los cuales hay que escribir siempre me recuerdan alguna historia pendeja de mi prepa.

Verán, todo comenzó el primer día de mi quinto año de bachillerato:
Llegué a la escuela, chequé las listas, encontré mi salón, y esperé a que lo abrieran.

Una maestra gorda se presentó como nuestra titular, y nos asignó los asientos.
Como el destino me odia, mi banca fue la de hasta hasta adelante, y además, la de la fila de en medio de todo el salón.

Y como el destino también quería que los maestros me odiaran, mi compañero de banca resultó ser mi amigo Chavo.
Evidentemente, como los dos éramos los más desmadrosos del salón, esa banca llegaría a ser la más odiada por todos los maestros.

Todos menos uno:
Mattus
El desgraciado infeliz que nos daba geometría analítica.

Él no se complicó tratando de callarnos a Chavo y a mí, simplemente nos separó.
Desde la tercera clase, decidió que no podíamos estar juntos, así que nos cambió de lugar: a Chavo lo mandaron a la banca de adelante de la fila de la orilla; y a mí me mandaron a la banca de la esquina: hasta atrás y en la orilla opuesta de Chavo.
Me mandaron al rincón.

Si de por sí no iba a entender geometría, ahora mucho menos, porque mi banca era la más ad hoc para dejar de poner atención.

Pasé casi todo el año haciendo un hoyo en mi lugar, utilizando solamente la parte afilada de un compás.
Después de muchas muchas horas de arduo trabajo, y de 4 compases rotos, por fin logré mi cometido: hacer un agujero que traspasara completamente mi banca.

El problema fue que para esas alturas del curso, los temas ya eran muy complejos, y yo no entendía absolutamente nada.
Pero en serio, nada.

Además, Mattus se esforzaba en recordarle a todo el salón que yo era su peor alumno. Cada que decía eso en frente de todos, yo nada más me sonreía y le contestaba: "y usted es mi peor maestro"

Para seguir complicando las cosas, desde que había terminado de hacer el hoyo en mi banca, yo ya no hallaba en qué entretenerme, así que me empecé a inventar hobbies y juegos. Todo con tal de no poner atención en clase.
Evidentemente, esto me ocasionaba muchos pleitos, amenazas y regaños por parte de Mattus.

Un buen día, casi a final de año, empezó la clase de geometría, y Mattus nos pidió silencio.
Todos lo miraban con miedo (porque aparte el desgraciado infeliz tenía asustados a todos mis compañeros), mientras yo jugaba con dos figuras de acción que había llevado desde mi casa.

"Hoy quiero hacer algo especial, una competencia", dijo Mattus, sonriendo diabólicamente.

Dibujó una línea al centro del pizarrón, dividiéndolo en dos mitades.
Después, en una mitad del pizarrón, escribió la ecuación más complicada que jamás haya visto en mi vida, y acto seguido la volvió a escribir en la otra mitad.

"Vamos a ver qué tanto han puesto atención en mi clase. A ver, fulanita, pasa al pizarrón".

Fulanita era la jefa de grupo, la niña más ñoña del universo, y en general, una gorda molesta que todos odiaban.

"Y.... a ver, Ninja, pasa tú también", dijo el desgraciado infeliz mientras me miraba burlonamente.

Dejé mis muñecos de acción, y pasé al pizarrón balbuceando insultos.

"Quiero que resuelvan esa ecuación, a ver quién acaba más rápido".

Mientras la ñoña escribía furiosamente en la pizarra, yo contemplé la operación por unos segundos, y llegué a la conclusión de que no tenía ni la más remota idea de qué hacer.

"Oiga, señor educador, yo no la sé hacer", le comenté.
"Pues no te puedes sentar hasta que escribas algo en el pizarrón", me contestó el desgraciado infeliz.

Evidentemente, lo único que Mattus quería, era humillarme frente a todo el grupo.
Pero Mattus no contaba con mi total y completo desinterés en su materia o en las consecuencias que pudieran tener mis actos adolescentes.

Agarré un gis, y empecé a escribir en el pizarrón.

"NO LA SE HACER", decía mi respuesta, en grandes letras blancas.
Voltée a ver a Mattus, y le dije "ya está, ya escribí algo, ¿me puedo ir a sentar?"

Después de un silencio de 5 segundos, Mattus susurró: "¿esa es tu respuesta?"
Mattus sólo susurraba cuando estaba muy enojado, así que eso significaba que yo había cumplido con mi cometido.

"No, perdón", le dije, y volví a agarrar el gis.

"NO LA SÉ HACER", decía ahora el pizarrón.
"Me había faltado el acento, discúlpeme", le dije, mientras mostraba mi mejor sonrisa.

Mattus se había puesto morado, y se veía que estaba a punto de estallar. Su estrategia para humillarme había acabado en una burla hacia él.

El salón estaba en completo silencio, y se podía ver que muchos de mis compañeros estaban aguantándose la risa.
Mattus susurró aún más bajo:
"Dame una buena razón por la que no debería de reprobarte ahorita mismo..."

"Pues porque me reprobó la semana pasada, cuando me encontró coloreando todos los cuadritos de mi cuaderno, ¿se acuerda?"

Mientras Mattus me miraba, más enojado que nunca, yo le pregunté: "¿ahora sí ya me puedo ir a sentar?"

14 comentarios:

Vain¡lla dijo...

Pobres de tus maestros, pobres de tus amigos, pobre de tu familia, pobre de mi...

Sir Pitirijas Mcloud dijo...

Chingao!!! me da gusto tener un PAdawan como usté, compartimos esa línea ojetil hacia las figuras de autoridad que nos hace grandes.
LArga Vida a mi PAdawan Peruano.

Sascha! dijo...

Hahahaha... sensei... chale, a mi me encantaban las matemáticas, y en realidad nunca he tenido muchos problemas con los maestros, pero si he tenido ciertos momentos de revelarme contra la autoridad como lo ha hecho ud. pero al final todos se rien cuando digo algo, hasta el mismo maestro, doctor, o lo que sea.

Snif.

silvestre dijo...

¿Qué te compró tu papá cuando, casi al final de estas aventuras te corrieron de la confesional escuela?

Marlenne Magallanes dijo...

La geometría analítica no debería existir. O debería ser optativa para todos aquellos que sí la usan porque yo jamás en mi vida me he visto en la necesidad de hacer una parábola, como ya dije en este bloggg (me hiciste recordar ese post porque la maestra era tan gorda que no importaba en donde me sentara, no veía nada)... Odio las matemáticas... Y adoro tus post...

Ninja Peruano dijo...

Las matemáticas no eran el problema (bueno, sí, pero no todo); el problema era el desgraciado infeliz.

De todos modos me reprobó y tuve que presentar la materia en la UNAM.

9 final, suckers!

LauSanBal dijo...

Jajajajaja... muy buena historia.

Y más por el "NO LA SÉ HACER".

Eso demuestra que tú nunca-nunca escribirías "VOTAS", en lugar de "BOTAS"...

Fiu!!!

El mecartistrónico dijo...

Me pareció correcta tu primera respuesta. Debe ser más específico cuando le pida a alguien que "escriba algo".

Si yo hubiera sido maestro, te hubiera perdonado sólo por el detalle de darte cuenta de que te faltó el acento.

Te hubiera perdonado por el momento, aunque no sé si te hubiera pasado...

Ninja Peruano dijo...

Jajaja de todos modos no pasé...

Lady Vendetta dijo...

jajaja a mi me daba geometria analitica el Puma, quien estaba perdidamente enamorado de mi...creo que por eso pasé, pero en sexto me tocó (otra vez) Marilú y sus series...asi es que no le agradezco nada al Puma

Ninja Peruano dijo...

El puma se veía buen pedo.
Marilú me dió en cuarto, creeme, Mattus era peor.

En sexto me dió Daniel, el más inútil de todos...

Ricardo Santos dijo...

caniijo, deberìamos hacer un colectivo "against all autority" estilo fight club o tu club de los ojetes pero ahora de gente respondona y cìnica.

Obvio tendrìamos que buscar un macho alpha.

Ninja Peruano dijo...

Sugiero a Brad Pitt.

Elizabeth Martínez dijo...

jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaajajajajaja!!!!


ERES MI Í D O L O ! ! !


jaaaaaaaaaaaaaajajaja