Lo besó porque besarlo, en realidad, era muy sencillo.
Podía sentir su fragilidad en el temblor de sus labios, él estaba nervioso y ella deseosa de que eso sucediera a más.
El beso que inició algo tímido se había convertido en un huracán de caricias y fuertes respiraciones que se convirtieron en jadeos descarados.
Él quiso dejar de ser el de siempre y le tocó el trasero.
Ella se excitó aún más, provocando que lo empujara a la mesa, olvidando las sillas en donde comenzaron su beso.
Estaban en la boda del hermano del mejor amigo de él, era un salón de fiestas de dos pisos, donde sólo la planta baja estaba llena, ellos llegaron de improviso así que tenían toda la planta alta para ellos solos. Realmente no se conocían muy bien pero eran compañeros de escuela, aunque en la Universalidad el campus era algo grande, se topaban seguido, pero él, tímido como siempre ha sido, jamás se atrevió a soltarle siquiera un "hola". Ella irradiaba sensualidad a cada paso que daba, contoneándose y mordiéndose uno de sus jugosos labios cada vez que lo veía pasar. Obviamente eso lo intimidaba cada vez más, incluso llegaba a pensar que tenía mil y un amantes y que él era sólo un nuevo juguete... Pero la verdad es que no era así. Ella realmente lo quería, sentía mariposas volar cuando pasaba cerca de ella y un nudo en la garganta le ataba la voz. Sus amigas se burlaban de la situación, en realidad no podían creer que fuese él, quien le llamara la atención, pero así era.
Cuando él la invitó a la fiesta, ella no dudó un segundo, de inmediato dijo que si.
Y ahora estaban ahí, sobre la mesa enredando el mantel, procurando no dejar caer el arreglo de flores. No hablaban, sólo continuaban el eterno beso que había provocado en parte el vestido provocativo de ella, en parte el traje clásico de él.
Ella comenzó a desabrocharle la camisa, muy lentamente.
Le besaba el cuello y él cerraba los ojos imaginándola entregándose a él en ese pleno instante.
Él comenzó a besar sus hombros, en realidad era fácil con ese vestido negro entallado hecho de licra, se estiraba con facilidad, pero él deseaba ver, acariciar y besar más.
Ella se deshizo de la corbata.
Él ya estaba más nervioso, cada segundo un poco más, lo notaba porque su corazón latía más rápido de lo que el segundero de su reloj rolex.
Ella quería deshacerse de su vestido finísimo y de las medias con encaje que compró en el palacio de hierro.
Y entonces, todo se detuvo.
Él quería continuar, pero ella, se detuvo.
- Dame una buena razón para seguir con esto. - Le dijo entre susurro, suspiro y jadeo.
Él la miró, tocó lentamente su rostro, esperando a que la respiración de ambos se normalizara. Le acomodó el vestido, se abrochó la camisa, se colocó de vuelta la corbata y la abrazó.
- No la hay - le contestó - no tengo ninguna razón por la que debamos continuar esto.
Ella no comprendía nada.
Él quería explicarle pero no encontraba las palabras precisas, él tomó su mano y abrió su palma, comenzó a jugar con su dedo índice en la palma de ella. Sonrió para sí y entonces le dijo:
- No hay razones para hacerlo tan rápido, quiero que quieras un momento perfecto, deseo que tengas millones de razones por las que no olvides nuestro primer encuentro, quiero que sea especial, no un simple arranque de deseo ¿Me entiendes?
El corazón de ella, ya estabilizado, se enterneció. Supo en ese momento, que había elegido muy bien y sonrió también.
- Claro que te entiendo, ¿Bailamos?
Y bajaron a disfrutar de la fiesta.
Un año después, él y ella se casaron, yo fui a su boda... Y me gané el ramo...
8 comentarios:
que bonita y romántica historia...
Yo no se que escribir!!
:) Me gustó, me gustó mucho.
Gracias.
Snif, me encantó!
Yo pensé que se iba a caer la mesa, los dos iban a rodar por las escaleras y todos los de la fiesta los vería en estado inconveniente, pero se me olvidaba que siendo tu o termina en tragedia o termina en cursi... Bueno ahora con la nueva tu, ya nada se sabe...
Pero bueno esta como de resumen de comedia cómica...
Aaaaw!!!
No se si influye en algo que estoy escuchando "Don't Let Me Down"... pero qué bonita historia!!! ^_^
Yo no soy muy de romanticismos, pero de todos modos no pude evitar sonreír como babos cuando leí la historia.
Soy un sucker por las historias de sexo rudo en lugares públicos...
Ojalá hubiera más caballeros ¿verdad?
Chale, yo si esperaba leer la acción como dice Pat, copas rotas sexo entrega pasión, pero bueno creo que soy asi...
Buena historia
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